El día a día de una cabeza abstracta

miércoles, 21 de julio de 2010

Estupidez máxima




Después de muchísimo tiempo fuera del mundo de los blogs he decidido volver. No para expresar mis sentimientos de la mejor manera que sé, no. Sino para vaciar mi cabeza de vez en cuando.


Veréis... esta pequeña bola con ojos, nariz y boca recibe, procesa y elabora demasiada información día a día.


Un diario es más complicado, tienes que escribir y a ver si me va a dar una tendinitis después de todo. No me gustan las tecnologías en general, pero no queda otra desde que el mundo avanza tan rápido que me veo en una cueva cual cavernícola.


Lo de abstracta no es porque sea una artista pensadora filósicamente hablando, NO! ( lo siento por aquellos que lo pensaron por unos segundos, seguro que en el siguiente blog encontráis a alguien más interestante). Lo de abstracta es porque a pesar de que yo aparente ser una persona más o menos normal, con mis locuras y excentricidades como cualquier músico, hay pocas personas que de verdad puedan entenderme y aguantarme, y lo más difícil: que quieran hacerlo por voluntad propia.




Sólo quería informaros, o mejor dicho informarme ya que creo que nadie leerá esta entrada, de lo que va a ser este blog. Pero tranquilos/as que aunque no haya quedado claro digo yo que algo saldrá de esto.




Hasta pronto incomprendidos/as!

viernes, 6 de junio de 2008

( ... )


A veces sólo hace falta quedarse quieto. Abrir los ojos y estar atento.

Y entonces escucharemos.
Y lo sentiremos durante un pequeño instante.

Inolvidable instante.


"Escucha o te volverás sordo"

domingo, 28 de octubre de 2007

Culpa


Observando el paso del tiempo, apoyada en la pared intentaba no desplomarse. Mirar hacia delante era la meta de todos, pero ¿a dónde tenía que mirar?


Todo un círculo de miseria y muerte, hedor y desesperación. Y a lo lejos el lujo y lo inalcanzable, para algunos. Para ella la vanidad y lo inexplicable.


No podía mirar hacia delante, no existía. Lo que buscaba estaba en su mente, sólo era un sueño. Sólo era realidad cuando al cerrar sus ojos estropeados por años de miseria veía un mundo redondo, no troceado.


Conocía bien de cerca la palabra crueldad, la desesperación, el llanto desgarrado de miles de niños esperando algún "milagro".


Pero lo más triste de todo era y sigue siendo cada vez más el otro lado. El egoísta y maltratador, el que no mira más allá de sus propios intereses, de su propia mierda elitista. Porque algún día tendremos que estar al otro lado y nos daremos cuenta de nuestros errores, innumerables e imperdonables.


Ya está muerta.

Pero nosotros no.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Descubriendo el pasado






Algo que el tiempo borra, que entierra en silencios desacompasados.


Una soledad sonora, viviente, palpitante.


Resultado de lágrimas amargas y desesperación divina.






Una bella ventana hoy está abierta.

martes, 21 de agosto de 2007

Torturando el instante


Con la sangre helada y la mirada inmóvil te miro por vez primera. Algo inesperado, tentador y temerario. Brutalmente seductor. Solo unos pocos centímetros nos separan, una brisa de aire ardiente, un corazón que ya no palpita: sólo tiembla. Miedo y pasión.


No puedo moverme, unicamente mirarte y con mis ojos conquistar lo inalcanzable. Y sentir como una fina cortina empapa mi cara.

Aunque tras el velo borroso de mi ácido llanto no pueda distinguirte no importa. Merece la pena intentarlo, merece la pena imaginarte aquí, enfrente de mis labios. Y mi respiración entrecortada se mezcla con la tuya: serena, fría y calculadora.


Y sigo inmóvil intentado besarte en un mundo imaginario. Donde la palabra distancia no existe. Donde puedo tocarte. Donde nuestros labios no pueden distinguirse.




Donde juntos quemamos el aire

viernes, 27 de julio de 2007

Llanto de lluvia.


Día tras día, una monotonía aplastante. Huelo aburrimiento, falta de sentimientos.

Pero ayer mientras escuchaba mi lágrima caer la humedad me empapó de calor.

Calor de recuerdos sexuados. De caricias interminables y casi transparentes.


Y sequé mi lágrima y me asomé a tu ventana. El eco de las gotas regaba mi sangre que golpeaba mis sentidos sin piedad alguna. Mientras que ya, casi sin fuerzas, deseando que la monotonía jamás regresara, abrí la ventana y estiré mi mano.

Y me besaste una vez más los dedos.


Desplomada en aquella vieja mecedora de mimbre permití a la lluvia entrar.

Y me besaste los labios.


Y me cubriste con tu manto de deseos.

Siempre mirándote desde abajo.

viernes, 20 de julio de 2007

Bailando la venganza.

Me dejaste caer de lado, no de pie, y hundirme. Hundirme en lo más profundo, en lo más oscuro: en el temor. Bailé tus pasos, tu música. Bailé contigo y aunque la cabeza giré, siempre te estuve mirando.



Pero tus brazos se fueron. Se fundieron con la nada y soplé. Y esperé. Pero la nada no regresa. Porque ya se fue el baile. Ya se fue el aire y las ganas de abrazarte. Ahora solo me abrazo y sigo soplando para que el viento no te traiga.


Quiero quedarme quieta: ni tumbada ni sentada, solo relajada con mis tacones nuevos. Quedan muchos bailes todavía, ¿no crees?


Y desde la profundidad de lo insignificante y mundano te veo. Te sigo escuchando. ¿Por qué no callas? ¿Por qué no cesa el aire maldito?


Rojo sangre, no pasión. Solo odio y rencor desde el intento de olvidarte una vez más. Todos son recuerdos. Recuerdos de la nada, absurdo... ni si quiera puedo acordarme. ¿Quiero? Solo quiero acordarme de recordar que quiero olvidarte. Y aplazar la vida, darle al pause y seguir mañana sin sentimientos. Mirarte fríamente con la mirada congelada y sin pestañear jamás. Convertirte en piedra sin poder articular palabra alguna, sin poder vivir en paz jamás, huyendo el resto de tus días del fuego abrasador de mi alma.



No te quedan más bailes querido. No te quedan oportunidades.





Tiembla y huye.



Y llora.